50 AÑOS DE HISTORIA DE LA BIBLIOTECA "CERVANTES"
En
1966 abrió sus puertas por 1ª vez la Biblioteca “Cervantes” de Munera, una
biblioteca fundada con fondos públicos,
y financiada también desde su creación con inversión pública. Es en su carácter
público donde reside la grandeza de este tipo de bibliotecas, el cual, les
lleva a cumplir con una función social tan importante como es posibilitar el
acceso a la cultura, a la literatura y al saber en todas sus vertientes, sin
ningún tipo de distinción de raza, sexo o condición social y además, de forma
gratuita.
Las
bibliotecas por suerte existen, si no habría que inventarlas. “Medio pan y un
libro” decía García Lorca en el discurso de inauguración de la biblioteca de su
pueblo al referirse a las bibliotecas y
a los libros como necesarios alimentos para el alma. Nuestra biblioteca cumple
50 años alimentado el alma de tantos y tantos lectores.
La
biblioteca actual poco o nada se parece a aquella biblioteca inaugurada en
1966, hace ya medio siglo. No sólo han cambiado las instalaciones, también los
fondos; Aquellos 1.505 volúmenes
iniciales se han convertido con el paso del tiempo en más de 11.000 libros.
Pero además, los materiales audiovisuales han ocupado su lugar en nuestras
estanterías (contamos con más de 3.000 documentos de este tipo entre archivos
de ordenador, música y películas). Tampoco podemos olvidarnos de las nuevas
tecnologías que han irrumpido con fuerza en nuestra biblioteca gracias a
internet (contamos con más de 15 puestos con PC), y al servicio Wifi de acceso
a internet.
Además,
de todo ello, la biblioteca ha evolucionado desde aquella biblioteca gris y
silenciosa de nuestra niñez para convertirse en un auténtico centro de
dinamización cultural en donde las actividades de animación a la lectura se
suceden durante todo el año (destacar actividades como La Semana del libro
organizada anualmente en torno a la celebración del Día Internacional del
Libro, La hora del cuento, que se viene desarrollando de manera habitual todas
las semanas durante los meses de noviembre a junio y en el que participan
actualmente alrededor de 60 niños, los clubes de lectura infantiles que han
empezado a funcionar este pasado otoño y al que acuden semanalmente más de 20
niños , y el Club de lectura de adultos “Carpe Diem” que cumple diez años y que
también ha supuesto un antes y un después en el quehacer ordinario de nuestra
biblioteca).
Prueba
de todo este trabajo en pos de la lectura son los 4 premios recibidos ya por
nuestra biblioteca 2002, 2004, 2009 y 2013 en el Concurso nacional María
Moliner que viene premiando desde 2.002
a las mejores bibliotecas de toda España por sus proyectos dentro del
campo de la animación a la lectura.
El
año 2016 está siendo un año muy especial para la Biblioteca Pública Municipal
“Cervantes”. 50 años de existencia de una biblioteca han de celebrarse por todo
lo alto, y por eso son muchas las actividades que hemos organizado. Ya podemos
ver en internet el resultado del flashmob MUNERA ES POESÍA grabado el pasado 18
de marzo y en el que participaron munereños de todas las edades, el próximo 21
de mayo tenemos una importantísima cita cultural acogiendo el XIV Encuentro
Provincial de Clubes de lectura de Albacete, y en el que contaremos con la
escritora Julia Navarro, estamos preparando la edición del Ebook “50 años, 50
libros” recopilatorio de 50 recomendaciones de libros hechas por lectores y
amigos de la biblioteca. Todo esto y mucho más es lo que nos tiene
reservado este aniversario.
Y
puestos a celebrar, no olvidemos que en 2016 se cumplen 400 años de la muerte
de Cervantes, lo que supone una gran ocasión de unir esta conmemoración de gran
repercusión a nivel nacional, a los festejos de nuestra Biblioteca también
llamada Cervantes.
A
lo largo de estos 50 años son muchos los lectores que han crecido con nosotros
y han sido muchas las actividades organizadas por la biblioteca: Talleres,
cuentos, recitales, conferencias, encuentros con autor, teatros, narradores
orales, visitas guiadas… momentos especiales todos ellos que hemos podido
disfrutar entre estas paredes cuajadas de libros.
También
son muchos los amigos que hemos encontrado en el camino, una larga lista de
munereños que no han dudado en colaborar con nosotros cuantas veces los hemos
necesitado (la Asociación teatral Despertares y entre ellos Mª Cruz, Angelita,
José Luis Blázquez, Sonia), la Asociación TURIMAN (Mª Ángeles, Mª Fuentes, Mª
Carmen y Marisa), y tantas otras personas anónimas de nuestro pueblo que han
colaborado con la biblioteca en todo este tiempo, y son también muchos los
profesionales, tanto escritores como oradores o narradores orales que nos han
visitado, a muchos de los cuales nos unen estrechos lazos de amistad: Miguel
Ángel Arenas, Félix Albo, Pablo Albo, Pep Bruno, Pascual Abellán, Eloy M.
Cebrián, Aldo Méndez, Rosa Villada, Miguel Ángel Rubio Sánchez… y tantos otros.
Tampoco
podemos olvidar a los usuarios que ya no están con nosotros, especialmente a la
que siempre recordaremos con cariño por ser, no cabe duda, la munereña que más
libros ha leído de nuestra biblioteca en estos 50 años: una gran amante de la
lectura y de los libros como fue Marisa Galletero Ochoa .
Seguramente
muchos de vosotros recordaréis con
emoción el día en que os hicisteis socios de la biblioteca, de una biblioteca por
entonces sobria y silenciosa regentada por nuestra querida Doña Amparo. Ella
fue la primera, la impulsora, la gran responsable de este milagro de la cultura
que cumple ya medio siglo.
Después
de ella, han sido varios los bibliotecarios que han ejercido esta bonita
profesión en nuestra biblioteca, y varios los edificios que la han albergado.
Doña Amparo, Herminia, Loli, Pedro y finalmente yo misma. Todos hemos trabajado
con ahínco e ilusión para que esta biblioteca haya ido creciendo y
evolucionando a lo largo de los años, para ofrecer a nuestros usuarios un
espacio cultural dinámico e innovador, para conseguir en definitiva una
“biblioteca viva”.
A
todos ellos mil gracias por haber contribuido con su labor a que la biblioteca
Cervantes continúe siendo una realidad 50 años después, y como no, agradecer al
Ayuntamiento de Munera que ha apostado por la perpetuación de esta
institución apoyándola presupuestariamente durante todo este tiempo.
Qué
palabras tan acertadas las de Borges cuando decía “Siempre pensé que el paraíso
sería algún tipo de biblioteca”. Ojalá algún día todos los munereños sean
plenamente conscientes de la suerte que tienen, que tenemos, de poder disfrutar
de una biblioteca pública que nos ofrece tantas cosas y tan maravillosas, un
verdadero paraíso a la vuelta de la
esquina.
Y
para finalizar, un último deseo: que sigamos celebrando muchos más aniversarios
de nuestra querida Biblioteca Cervantes, leyendo y creciendo juntos.
Mª Nieves Ruiz López
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Inauguración de la Biblioteca Cervantes. Abril de 1966 |
23 de abril de 2.016
ACTO HOMENAJE
50 ANIVERSARIO DE LA
BIBLIOTECA PÚBLICA MUNICIPAL
"CERVANTES"
El pasado 23 de abril, coincidiendo con el Día del Libro, nos reunimos para celebrar el 50 aniversario de la Biblioteca Cervantes en un acto homenaje en el que repasamos la historia de nuestra querida biblioteca a través de sus bibliotecarios. Fue un acto sencillo, pero a la vez bonito y emotivo el que compartimos con los muchos amigos de la biblioteca que acudieron a este homenaje. Comenzamos el acto con un esbozo de la evolución que ha sufrido la biblioteca desde sus inicios hasta la actualidad, remarcando la importantísima labor cultural y social que ha venido realizando a lo largo de estos 50 años.
Fueron , como digo, los bibliotecarios que han ejercido esta preciosa profesión en nuestra biblioteca los encargados de contar su historia desde su inauguración, hasta nuestros días. Doña Amparo Gavidia Murcia fue la primera, la impulsora de este gran proyecto cultural y la encargada de ponerlo en marcha. A ella le siguieron Herminia Blázquez Vecina, Loli Moreno Arenas, Pedro A. Piqueras Casabuena, y la que suscribe.
A través de sus palabras regresamos a la infancia, a una biblioteca silenciosa y gris, a las primeras lecturas, aquellas que nunca olvidaremos, a los distintos lugares que han albergado a nuestra biblioteca... Una tras otra las bibliotecarias fueron contando sus experiencias, sus anécdotas, sus diferentes vivencias al frente de la biblioteca, lo que derivó en una entrañable y mágica tarde cargada de recuerdos.
Lamentablemente Pedro no pudo asistir, por coincidir este evento con un enlace en Barcelona, pero no dudó en hacernos llegar una carta que fue leída por Mariví Solana.
A cada uno de los bibliotecarios se les obsequió con una placa conmemorativa del 50 aniversario. También se homenajeó a Maribel Sánchez, la lectora más longeva de nuestra biblioteca, que a sus 83 años sigue devorando libros, todo un ejemplo de que la lectura no tiene edad. Aprovechamos este acto para realizar la presentación oficial del cómic Las Bodas de Camacho de Munera.
Y como no podía ser de otra manera, finalizamos el homenaje cantando cumpleaños feliz y soplando las velas de una preciosa tarta .
Desde aquí, gracias a todos los participantes por haber contribuido con su valiosa aportación a que este acto homenaje haya sido tan especial. Gracias a todos los que lo hicieron posible, al Ayuntamiento de Munera, por apostar una vez más, por la cultura, y como no, gracias también a Sonia Varea por su ayuda impagable.
Y para concluir, gracias a todos los asistentes, nuestros queridos lectores, sin los cuales nuestra biblioteca no seguiría siendo una realidad 50 años después.
Mª Nieves Ruiz López
A continuación,
la transcripción íntegra de cada una de las intervenciones de los bibliotecarios
de nuestra querida Biblioteca Cervantes.
Amparo Gavidia Murcia
Bibliotecaria desde su inauguración hasta 1989
Buenas tardes
Era allá por
los años 60 cuando mi tío José, que vivía en Madrid, leyó en un periódico que el
S.E.M. (Servicio Español del Magisterio), un periódico para maestros, había
convocado unos cursos para maestros y maestras para bibliotecarios.
Nos lo dijo y
como era en vacaciones de verano nos interesó a Enrique y a mí para cuando se creara aquí una biblioteca.
Duró casi un
mes. Allí aprendimos a catalogar libros, ponerles la signatura correspondiente,
el tejuelo… en fin, todo lo necesario para atender este cargo. Lo pasamos bien,
hicimos muchas visitas, museos, bibliotecas…
Cuando se creó
la Biblioteca en Munera fui yo la elegida porque tenía el título para ese
puesto. Tuvo una gran aceptación por parte de niños y jóvenes. Luego ya se
fueron incorporando adultos.
El
Ayuntamiento cedió el local, en la parte baja que estaba el Hogar del Frente de
Juventudes, y antes había una escuela de párvulos (frente a la carnicería de
Evelio).
El mobiliario
lo donó la Diputación a través del Centro Provincial Coordinador de Bibliotecas
y los 1505 libros iniciales el Servicio Nacional de Lectura. El Ayuntamiento
asignó 5000 pesetas.
Estaba muy
completa, tanto en teatro, poesía, novela, diccionarios enciclopédicos y de
toda clase de materias. Los libros de Tintín, Astérix, Los cinco y Los siete secretos estaban siempre prestados. Las novelas de
Agatha Christie tuvieron mucho éxito y las novelas premiadas cada año. Los
estudiantes también consultaban los Diccionarios Enciclopédicos.
El Centro
Provincial Coordinador de Bibliotecas mandaba de vez en cuando un lote de
libros de todas las materias, que yo tenía que registrar, sellar, poner el
tejuelo correspondiente y colocar su ficha. Cuando eran novelas, teatro o poesía
no tenía problema, pero cuando los libros eran de materias, ya tenía que
estudiarlo más. Ahora con tantos adelantos creo que será distinto.
Con el tiempo,
los libros infantiles y juveniles se fueron deteriorando y como les gustaban
tanto, yo los iba arreglando a fuerza de celo.
Al cabo de
unos años observé que las mesas que habían quedado limpias, al día siguiente
encontraba como una tierrecilla que me llamaba la atención. Se lo dije a
Enrique, mi marido, y lo que hizo fue tomar una muestra en un frasquito y
mandarla a analizar a Madrid; el resultado fue que en aquellas vigas había
termitas.
Teníamos que
trasladar la biblioteca, pero ¿dónde? Resulta que teníamos lo que ahora es
cochera y que antes fue tienda, por lo que aún estaban las estanterías. Fue una
gran solución, claro, pero había que hacerlo de una manera ordenada. Enrique
hizo un pequeño plano para que supiéramos colocar los libros como estaban en la
biblioteca. Desde entonces ya empezó el trasiego de libros.
Cuando
terminaron las obras fueron trasladados, no donde estaban antes (no sé por
qué), sino al Salón de Plenos del Ayuntamiento viejo. El mobiliario no se pudo
poner, con la mesa de plenos teníamos bastante, y el colocar las estanterías
quedó un espacio muy reducido, pero allí aguantamos hasta que nos llevaron
donde estaba teléfonos al quitar la Centralita (frente a Olegaria).
Allí estábamos
bien, aunque el espacio algo pequeño. Era un local que lindaba con un patio y
la parte de arriba la casa del médico. Ese patio daba a la otra calle con una
puerta que con un golpe se abría. Seguramente a alguien le hacía falta un buen
diccionario, y por esa parte del patio se llevó el Salvat 5, un diccionario
enciclopédico muy bien encuadernado y con ilustraciones a color. Por más que se
publicó en Ecos y se hicieron indagaciones, no apareció.
El siguiente
cambio fue cuando hicieron las obras de la Casa de Cultura, trasladándose de
nuevo la biblioteca, en esta ocasión a la planta baja donde ahora se ponen las
exposiciones de la Feria. Aquel sitio sí que era extraordinario, un local
perfecto.
Allí estuve
hasta que salió la plaza a Concurso. Creo que estuvo después Loli Moreno hasta
que vino Pedro Piqueras en propiedad.
Yo disfruté
mucho de los años que estuve, aunque nunca llegué a tener vacaciones de verano,
pero me encantaba el contacto con los libros y los niños y demás asistentes.
Ya quedaba el
último traslado. Cuando hicieron el Auditorio, la trajeron aquí donde ya
descansa al cargo de Mª Nieves, con gran éxito por todas las actividades que
realiza.
Gracias por
haberme invitado a este acto, en esta fiesta del libro en que también recordamos a Cervantes en el
400 aniversario de su muerte.
Felicitar a Mª
Nieves, a Sonia, y a quien haya participado para la celebración de estos 50
años de la Biblioteca Cervantes.
Gracias
Amparo Gavidia Murcia
Herminia
Blázquez Vecina
Bibliotecaria desde abril del 1989
hasta septiembre de 1991
Querida biblioteca de Munera:
Hoy día del libro quiero felicitarte por tu 50 cumpleaños, enhorabuena.Y darte las gracias por darnos la oportunidad de poder volar
y soñar a través de tus libros.
Tenemos casi la misma edad y te he conocido desde siempre.Tú has cambiado varias veces de lugar ¡y cómo te han
modernizado!
Mi primer recuerdo tuyo
fue cuando estabas en la calle
Don Juan. Recuerdo siempre a Doña Amparo, sentada en su mesa al entrar
a la izquierda, al lado de una ventana, cómo rellenaba la ficha de préstamo, pues
entonces no había ordenadores… (mi número de lector era el 182) y cómo disfrutaba viendo con qué esmero trataba los
libros y cómo los reparaba cuando estaban estropeados.
En aquella
biblioteca, y cuando Doña Amparo no estaba, también recuerdo a Sagrario
Panadero.
Allí comenzó mi afición por la lectura y aunque en casa, mi
hermana y yo teníamos unos pocos cuentos infantiles que aún conservo, allí descubrí a Tintín y sus aventuras que te
invitaban a viajar por todo el mundo… Los cómics de Astérix
y Obélix, la saga de los 5, los 7,
Celia, los Hollister (éstos estaban colocados al fondo a la izquierda) y mis
primeras novelas de Agatha Christie.
De aquel edificio recuerdo también unas enormes pinturas de
cuerpos musculosos, que ya de mayor supe que había pintado Don Juan Belda, y
que fue una pena que desaparecieran cuando el edificio se reformó. Luego cambiaste de lugar y te llevaron al local en el cual,
en otros tiempos, había estado la oficina de telégrafos. Y arriba, en el antiguo Ayuntamiento, donde te mudaron
mientras se terminaban las obras de la actual casa de Cultura.
Después te instalaron en el bajo de la actual ludoteca, en
la Casa de Cultura y fue allí donde se inició la relación más estrecha que he
tenido contigo. Era el 1 de abril de 1989 cuando empecé a trabajar para ti y
duró hasta el 30 de septiembre de 1991.
Fue mi primer trabajo para este ayuntamiento. Antes, ya había trabajado para Enrique García Solana, con el
que leía libros, la prensa…y hasta me enseñó la técnica de encuadernar.
Desde aquí agradezco a Doña Amparo y Alfonso Játiva la
oportunidad que me brindaron.
Esa etapa de mi vida fue la más dura y difícil que he
vivido, de ahí que mi memoria se inunde
de tristeza. Yo había terminado
mis estudios de magisterio en Albacete pero la enfermedad de mi madre y su muerte después, rompieron todos mis
esquemas e hicieron que permaneciera en el pueblo sin ánimo para estudiar la
oposición.
Por entonces las
relaciones con la coordinadora de Albacete estaban en “stand by", no había
convenio y por tanto apenas mandaban libros nuevos. Se hablaba de unos cursos para bibliotecarios que no
llegaban y a los que yo, muy a mi pesar ya nunca pude acceder.
Mi labor se limitaba al préstamo de libros, reparar los estropeados y en definitiva, al
mantenimiento.
Cuando te dejé tuve
la sensación de que una vocación frustrada me acompañaría toda la
vida pues aún hoy sigo sintiendo esa extraña
añoranza de algo que pude ser y no fue.
Me sentía tan bien rodeada de tus libros, sus texturas, su
olor, ordenándolos en las estanterías ... Esa impresión es la que experimento cuando hago algo que me
gusta tanto, visitar una librería. Y el silencio, aunque éste era difícil de mantener y a veces
enfadada (porque siempre había algún niño que molestaba y no dejaba estudiar a
los demás) tenía que llamar a los
policías para que pusiesen orden en aquella sala.
Amiga biblioteca, aún hoy, y a pesar del tiempo que ha
pasado, siempre hay alguien que me
recuerda aquel corto periodo de tiempo en que yo estaba a tu lado y me llena de
orgullo. Algunos de ellos son hoy grandes lectores y
me cuentan cómo les ayudaba en sus consultas
y con sus deberes.
Entre éstos está Mª Nieves a la que envidio por la hermosa labor que hace para ti
y a la que agradezco la invitación para
formar parte de este homenaje por tu 50 aniversario.
Y finalmente, muchas gracias a ti también biblioteca, por
haberme dado la oportunidad de formar, aunque corta, parte de tu historia.
Herminia Blázquez Vecina
Recuerdos de mi primera biblioteca
Loli Moreno Arenas
Bibliotecaria desde noviembre de 1991 hasta julio de 1993.
Cuando éramos pequeños, en los años 70, todos
los críos al salir de la escuela íbamos corriendo para la biblioteca. Allí
estaba Doña Amparo, que, teniendo en cuenta no sé si el derecho de admisión, o
el aforo limitado no siempre nos dejaba pasar, simplemente, no cabíamos más.
Entonces no hacían falta campañas de animación a la lectura, ni de difusión de
las bibliotecas públicas, por descontado íbamos casi todos los días.
Recuerdo también que para poder “Apuntarse” teníamos que esperar un tiempo, decía Doña Amparo. Pero algunos (o más bien algunas) encontrábamos un medio más directo que la espera, una especie de “soborno”, le llevábamos flores, y entonces, ella ya no podía o no sabía negarse, nos apuntaba.
El primer libro que yo saqué de la biblioteca,
sintiéndome privilegiada y muy orgullosa fue Mary Poppins. Me encantaba…, no me
cansaba de leerlo y sobre todo de mirarlo. Hasta me parecía ver a la niñera con
su maleta y su paraguas volando por encima de la torre de la iglesia. Después
de Mary Poppins vinieron los libros de “Los Cinco”, “Los Hollister”, “Las
mellizas de Santa Clara”, “Elige tu propia aventura” y muchos más, cuando aún
no había llegado Harry Potter.
Años más tarde, después de mi prima Herminia, ¿quién me lo iba a decir?:
fui yo la bibliotecaria. El listón lo habían dejado muy alto, tanto Doña Amparo
como Herminia. La biblioteca estaba entonces en la Casa de Cultura “Maestro
Fermín Belda”. Era bastante grande, nueva y muy acogedora… No tenía teléfono,
ni tampoco ordenadores, todo estaba controlado con bolígrafo y papel y con las
clásicas “fichas”, algo que hoy en día ya es inimaginable.
Una de las
primeras cosas que hice al llegar fue mirar el Libro-Registro de Lectores y allí encontré a mi padre…, también estaba
mi tío Plácido, inscritos los dos en el año 1966, cuando se abrió la biblioteca.
Me gustaba imaginarlos leyendo algún libro prestado, robándole horas al sueño,
de las pocas que entre pan y pan tenían.
Por aquel
entonces venían muchos niños, ¡que no se callaban ni debajo del agua!. Yo me
enfadaba con ellos, pero les daba igual, les daba mucha risa hacerme rabiar y
cuando los echaba enseguida volvían. La risa me daba a mí cuando me preguntaban
si había leído todos los libros, y yo les decía que sí, que todos y que hasta
las enciclopedias. Recuerdo especialmente a un grupo de chiquillas, eran tres o
cuatro y tendrían unos siete u ocho años. Beatriz y sus amigas. Eran como
mariposillas, siempre a mi alrededor, cuando yo llegaba a abrir, ya estaban ellas
allí. Hoy ya son mujeres y casi a todas les he perdido la pista.
También estaba por allí muchas tardes
nuestra bibliotecaria de ahora, Mari Nieves, tan formalilla y agradable, iba siempre
rodeada de hermanos (o eso recuerdo yo) y sacaban libros para todos, desde los
más pequeños a los más grandes. Entonces no se imaginaría que ella también iba
a ser bibliotecaria, o quizás sí, ¿quién sabe?.
Adultos venían
poquitos, pero venían y de entre ellos, o en este caso de entre ellas, me
emociona el recuerdo de Mª Luisa, Marisa, que ya no está…, tan discreta, tan
lectora ya entonces. En cierta ocasión al participar en una actividad de
animación a la lectura ganó un lote de libros y cuando se lo dije, casi no los
quería, le daba vergüenza y no creía ser
la ganadora, pero con el brillo de sus ojos y su tímida sonrisa decía todo lo
contrario, se fue a su casa con los libros aún incrédula, pero loca de alegría.
Apenas estuve
dos años, pero son de los que no se olvidan. Después de mí llegó Pedro, y
aunque es una lástima que hoy no pueda estar aquí, seguro que ahora mismo se
está acordando de Munera y de nosotros.
Poco a poco las
casualidades fueron decidiendo que ese iba a ser mi futuro, que las bibliotecas
iban a ser mi mundo. Después de la de Munera, trabajé en algunas otras
bibliotecas, en Cuenca, en Guadalajara, incluso en el Bibliobús, pero es de
aquella mi primera Biblioteca de la que tengo mejores recuerdos, la que me hizo
comprender que las bibliotecas no son un lujo, son una necesidad.
Quiero terminar
con una frase muy conocida, del escritor argentino Jorge Luis Borges, que dice
y resume lo que yo misma siento:
“Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo
de biblioteca”.
Loli Moreno Arenas
Pedro A. Piqueras Casabuena
Bibliotecario y agente cultural desde octubre de 1993 a 2001
(Debido a un compromiso familiar Pedro no pudo asistir al acto,
aunque sí nos hizo llegar unas palabras que leyó Mariví Solana Sánchez)
De todo corazón,
siento mucho no poder asistir con vosotros a la celebración del 50 Aniversario
de la Biblioteca Municipal “Cervantes” de Munera, 50 años desde que Doña Amparo
la inició, un honor haber formado parte de su historia.
De los 8 años que
trabajé en ella, recuerdo con cariño las orientaciones a los/as estudiantes en
sus trabajos del colegio, del instituto e incluso de la Universidad, en un tiempo en el que, aunque ya existía Internet,
la biblioteca todavía no podía ofrecer este servicio en la antigua Casa de la
Cultura.
Recuerdo las
distintas enciclopedias como la Gran Enciclopedia del Mundo e, incluso la Espasa
Calpe guardada bajo llave por su valor, por lo cual tenía que abrir el cuarto donde
se conservaba para prestar sus volúmenes, y si no daba tiempo para terminar los
deberes, hasta podían fotocopiar las páginas pertinentes. Por supuesto, también
aconsejaba lecturas de toda clase a lectores/as de todas las edades, pero lo que
más me gustaba era organizar con la U.P. actividades complementarias de
“extensión cultural” como talleres, ciclos de cine, teatro, conciertos,
charlas, recitales, cuentacuentos…sobre todo en “ La Semana
del Libro”, con actuaciones que contaron con los mejores actores de Albacete como
el añorado Juan Manuel Chiapella, el cual también nos visitó como actor de cine en
la proyección y posterior coloquio de su película “El milagro de P. Tinto” de
Javier Fesser.
Además actuó
también muchas veces, en Munera, el famoso monologuista Goyo Jiménez con
Cuentacuentos y obras como su excelente “Don Juan Tenorio”, y ahora ha
estrenado la película “El Pregón” con Buenafuente y Berto Romero. Si alguno se acuerda
de aquel “Don Juan” en aquella noche de “Todos los Santos”, podéis hacer memoria y os sorprenderéis porque su
protagonista, un formidable actor, es uno de los mejores cómicos y guionistas de
comedia de España.
Por fin, cuando
inauguramos las nuevas instalaciones de la biblioteca, ya con Internet, poco
después terminé mi vinculación laboral con el Ayuntamiento, pero esta experiencia me valió para ser contratado
como técnico en la Biblioteca del Estado de Albacete informatizando sus fondos y
además formar la Universidad Popular de Chinchilla. Luego me estabilicé profesionalmente,
hace 11 años, como Educador Social para personas con enfermedad mental. Pasé
de ayudar en la “formación de mentes independientes, libres y creativas”, como
objetivo de una biblioteca, a cuidar a personas que sufren enfermedades
crónicas en sus mentes, aunque todos podemos sufrir una de estas enfermedades
en algún momento, pero como decía la piloto María de Villota, a pesar de su accidente, en
su biografía, “La vida es un regalo”, y en mi vida tuve el regalo de ser bibliotecario de
Munera.
Muchas gracias.
Pedro Antonio Piqueras Casabuena
Mª Nieves Ruiz López
Bibliotecaria desde finales del año 2000 hasta la actualidad
Mi etapa como bibliotecaria comenzó a
finales del año 2000 ayudando a Pedro en las labores de automatización de los
fondos de la biblioteca; la modernidad
llegó por entonces a la Biblioteca Cervantes pasando de las fichas y las
anotaciones de los préstamos de manera manual al catálogo automatizado y a los
préstamos a través del ordenador. La
recuerdo como una etapa de aprendizaje personal y profesional y realmente fue
un auténtico placer trabajar con una persona tan extraordinaria como es Pedro Piqueras. También fue una etapa de mucho
trabajo ya que coincidió con el traslado de la biblioteca desde la Casa de la
cultura a las instalaciones actuales. Os podéis imaginar lo que supuso
empaquetar todos los libros, traerlos hasta aquí y volver a organizar y a
ordenar toda la biblioteca de nuevo.
Pocos meses después me quedé sola a
cargo de la biblioteca durante la baja laboral de Pedro, una ausencia temporal
que lamentablemente desembocó en una marcha definitiva de la persona que se
ocupó durante años de la biblioteca y de la animación sociocultural en Munera,
y que fue, y sigue siendo, alguien muy querido por todos los munereños.
A partir de ese momento continué mi
andadura en solitario siguiendo con el mucho trabajo de automatización
pendiente y realizando numerosos cursos de formación hasta conseguir la plaza
de bibliotecaria en el año 2004.
Durante todos estos años puedo decir que
he sido muy feliz ejerciendo esta
profesión y como cualquier persona amante de la lectura, me siento afortunada por
poder trabajar rodeada de libros. Me
llena de alegría cada vez que los niños
se marchan a casa cargados de libros, me entusiasma recomendar lecturas a los
usuarios y que esos mismos lectores regresen satisfechos buscando nuevas
recomendaciones; disfruto enormemente
contando cuentos (cientos de cuentos he contado ya) y viendo las caras de los
niños ensimismados con el sonido de mi voz; disfruto de las tertulias del club
de lectura de adultos, de la amistad sincera de unas mujeres de las que aprendo
cada día, que siguen acudiendo a nuestra
cita semanal desde hace ya diez años y con las que además de lecturas comparto
pensamientos, experiencias y emociones.
A pesar de lo
mucho que me gusta mi trabajo, he de decir que labor bibliotecaria de hoy en
día dista mucho de lo que fue años atrás.
Hace poco me decía un conocido que un estudio reciente situaba la profesión
bibliotecaria entre una de las menos estresantes del mundo. He de decir que yo
no participé en ese estudio. La imagen de bibliotecaria oculta detrás de unas
gafas abstraída en la lectura de un libro guardando silencio nada tiene que ver
con la realidad, al menos de la mía. En 15 años no he sido capaz de leer una
sola novela en horario de trabajo. Encontrar tiempo para ello en 20 horas
semanales en las que has de seleccionar adquisiciones, catalogar, sellar,
tejuelar y ordenar libros, contar 6 sesiones de cuentos, preparar actividades
relacionadas, atender y coordinar 2 clubes de lectura infantil, un club de
lectura de adultos, programar actividades anuales, la semana del libro, proyectos
de animación a la lectura … resulta sencillamente imposible.
En
definitiva, tratar de dinamizar la biblioteca conlleva mucho trabajo y una gran
dosis de ilusión e imaginación para
reinventarse y ofrecer nuevas y atractivas actividades año tras año.
Si
vuelvo la vista atrás me parece mentira que hayan pasado ya 15 años, 15 años
dedicados a esta biblioteca que forma y ha formado una parte tan importante de
mi vida. No podría concebir mi existencia sin ella, ni por supuesto sin libros,
sin una lectura esperándome en la mesita cada noche. Qué palabras tan acertadas
las de Borges cuando decía “Siempre pensé que el paraíso sería algún tipo de
biblioteca” .
En este 50
cumpleaños me gustaría pedir dos deseos:
que nuestra biblioteca cumpla muchos años más, y que todos los munereños
sean plenamente conscientes de la suerte que tienen, que tenemos, de poder
disfrutar de una biblioteca pública que nos ofrece tantas cosas y tan
maravillosas, un verdadero paraíso a la
vuelta de la esquina.
Muchas
gracias
Mª Nieves Ruiz López
Maribel Sánchez Blázquez
"Lectora más longeva" de nuestra biblioteca
Cuando me
llamó Mª Nieves para contarme los proyectos que estabais organizando para
conmemorar los 50 años de nuestra querida biblioteca, lo primero que me vino a
la mente fue: ¡Cómo pasa el tiempo! … ¡Qué mayor soy! (Que suena mejor que
“vieja”)...
Después
quise echar la vista atrás para recordar cuales fueron mis primeros escarceos
con la lectura.
No
sé exactamente cuándo, ni cómo empecé, lo que sí sé es que me volvían loca
aquellos cuentos de Calleja que eran diminutos en su tamaño, pero grandiosos en
su contenido. También me gustaban mucho las fábulas de Samaniego.
Luego
mi hermano Luis me iba surtiendo de material, unos cuentos nórdicos preciosos y
unos cuadernillos de un tal “Dic Navarro”, un héroe del oeste que casi siempre
salía en defensa de los indios.
Más
tarde, tendría 12 o 13 años, me dio nada más y nada menos que la primera parte
de los Episodios Nacionales que leí de cabo a rabo. Era una colección de
fascículos de algún periódico cosidos hoja a hoja con hilo negro.
Después,
y ya en la “edad del pavo”, descubrí las novelas rosa, de la colección “Pueyo”.
Eran ñoñas y románticas cien por cien, pero a mí me gustaban muchísimo.
En
resumidas cuentas, desde que me acuerdo creo que no he pasado ni un solo día
sin leer algo, mi visita obligada era a la biblioteca de Munera donde siempre
encontraba un tesoro, una novedad, que podía llevarme a mi casa… por eso me
siento una privilegiada y me gustaría poder inculcar a todo el mundo el gusto y
la satisfacción que me proporcionan los libros… tan pronto puedes estar en
África, La Antártida o la Patagonia… en un castillo codeándote con reyes y
bufones y enterándote de los entresijos de la Corte, o descender al mundo
rural, con sus trabajos, sus sacrificios, ilusiones y también a veces sus más
bajos instintos… Y no digamos si el tema es nuestra triste Guerra Civil, ahí sí
que me desborda… ¿Cómo es posible que los hombres hayan sido capaces de cometer
las mayores heroicidades y a la vez las peores atrocidades?
Bueno,
para terminar deciros que me siento como una cría con zapatos nuevos con el
título de “las más longeva de la biblioteca”… ¡Menudo título!, el único de mi
vida… Me veo como esos señores con toga y birrete en cualquier universidad
cuando les nombran “Honoris Causa”.
Espero
que no me lo retiréis como a Mario Conde, pues yo pienso hacer honor al mismo y
seguir leyendo… siempre y cuando las dichosas cataratas no me jueguen una mala
faena…
Gracias
a todos.
Maribel Sánchez Blázquez
Ángeles Martínez García
Alcaldesa y concejala de cultura del Ayuntamiento de Munera
La alcaldesa de Munera Ángeles Martínez dedicó unas palabras de agradecimiento a los asistentes
y aprovechó el acto para realizar la presentación oficial del cómic
"Las Bodas de Camacho de Munera" ilustrado por el artista local Antonio Ruiz.
Y esto fue todo lo que dio de sí este acto homenaje a nuestra biblioteca.
En definitiva...
una entrañable y mágica tarde cargada de recuerdos.
una entrañable y mágica tarde cargada de recuerdos.